domingo, 20 de febrero de 2011

Lágrimas de un Tethar. Capítulo 1

Bum.
Bum.
El cielo estalla en relámpagos. La lluvia brama por ahogar las sirenas, allá en las proximidades. Resulta exasperante, salir con el clima amenazándome. No quisiérais ver mi desencajado rostro haciendo una mueca.
No ya por miedo. Es, literalmente, estremecedor.
Digamos que...No está bien jugar con los muertos. Ni con los necrófagos, o lo que quisiera que fuesen.
Perdí medio rostro en un accidente. Ya véis. Media mejilla cicatrizada, y cortes como manzanas de grande.

¿Qué os parece? Ahí, impertérrita, vi detenidamente a mi primer Tethar.
Sólo me olisqueó, y se fue. Adiós. Kaput. Parece que sólo supiese sangrar, sangrar y marearme hasta irme.
Sí. Fue una gran pérdida para todos.
Creyeron que todo indicio de cordura desapareció en mi. En el hospital, al anochecer, se presentaban en mi ventana. Ellos.
Para irse y proporcionarme más agonía. Quizá si estuviese un poco loca, eh.
Eso de correr por los pasillos a las dos de la mañana, alertando a todo el hospital no era una actividad sana. O sí. En fin.
Después, me llevaron al manicomio. Mis hermanos lloraban en mi futura estancia. ''Pobrecilla, está como un cencerro'', llegarían a pensar.
Pero era mentira.
Dentro del manicomio perdó toda noción de hora. Periódicamente entraban ésos extraños científicos, como solía llamarles-ya por su indumentaria blanca-, a deleitarme con todo lujo de pastillas y colores. A mermar mis ansias.
Pasado otro abismal periodo, cuando las luces se apagaban y se hacía el silencio una cabecilla asomaba por la ventana, atormentándome.
Yo me levantaba y corría a chocar contra la puerta acolchada, que poco a poco desgarré gritando y mirándola fijamente: Sólo sus profundos ojos parecían responderme, por donde nacían dos lágrimas grisáceas. Entonces rompía a llorar desconsoladamente y permanecía otro tanto rato gimiendo. Al final me dormía.
Así, cada noche.
Válgame la muerte-Nunca mejor dicho-...¿Ni siquiera os he contado por qué todo esto? Disculpadme. Cuando una lleva años repitiendo lo mismo, reviviendo la nostalgia, acaba por disfrutar hasta de las telarañas.

Fin del primer capítulo.




---Y éstas son mis criaturillas. Los Tethars, como visteis nombrados. Igual se os queda un poco rara la historia...
Porque es la continuación de otra anterior, ''Hábitos de la Muerte''. Pedídmela si estáis interesada en ella. Aunque ésta puede que sea más escalofriante. Espero, vaya.
Aun tengo esta pendiente de escribir. Mi intención es publicarla a pedazos, poco a poco-Que un servidor necesita tiempo, eh-.
Pero bueno. Gracias a la gente que me lee, por apoyarme y proporcionarme vuestra ayuda. En especial gracias a Claix, por prestarme no solo la mano dibujante, sino todo lo que me das claro en este negro círculo. Sois mi pequeño ejército de Tethars.
PD: Siento el repentino final. Aun tengo que organizarme..
Nay---

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