lunes, 22 de noviembre de 2010

Vacío.

Ese espacio que corroe tus venas.
Cada lágrima que no recorre tus mejillas, porque solo eres huesos.
Cada fragmento de rabia, que mata tu ser lentamente.
Pensamientos, que no tienen palabras.
Intento de autolesionarte.
Palabras de perdón olvidadas.
Gritos en silencio.
Muerte, para una existencia que no te pertenece.

Sí. El vacío puede significar muchas cosas. Todas, sin embargo, tienen algo en común:
Sólo saben hacernos sufrir por algo que la ausencia llama.



Allende de este, está la felicidad. Lejos.

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